Call of the Sea (Out of the Blue) - Review Videojuego

Call of the Sea (Out of the Blue) - Review Videojuego

Plataformas: PlayStation 4, PlayStation 5, Xbox Series X y Series S, Xbox One, Amazon Luna y PC

Fecha de publicación: 8 de diciembre de 2020

Desarrollador: Out of the Blue

Género: Aventura, Puzzles

Modos de juego: Un jugador


A los Covenantes nos gustan muchas cosas, pero si hay algo que nos turbo-flipa son los videojuegos, los puzzles y las procelosas aguas del universo de H.P. Lovecraft. Si lo metiéramos todo en un tarro y lo agitáramos bien, seguramente obtendríamos algo muy parecido a Call Of The Sea, la ópera prima del estudio español Out Of The Blue. Un debut impresionante para este estudio madrileño con el que han conseguido coronarse con su primer proyecto.

Cuando pensábamos que las aventuras gráficas ya habían muerto (para nuestra desdicha), ha llegado Call of the Sea a demostrarnos que el género aún tiene mucho que aportar a la industria.

Aunque Call of the Sea destila aromas de esas aventuras de los 80 y 90 como los Indiana Jones de Lucas Arts, o la clásica saga Broken Sword, para nosotros es la evolución lógica del género adaptada a los nuevos tiempos y a las plataformas actuales.

Ya no iremos adueñándonos de objetos como loc@s para aumentar nuestro inmenso inventario, ni tendremos que combinar “pollo de goma con polea”. Tampoco tendremos que ir a la caza del pixel escurridizo y tramposo que permite interactuar; no, ahora todo es mucho más orgánico y fluye de una manera increible para que puedas jugarlo igual de bien con un teclado y un ratón como con un mando entre las manos. Quizá así tuvieron que ser siempre las aventuras gráficas.

En Call of the Sea, ambientada en los años 30, encarnaremos a Norah Everhart, una mujer con una extraña enfermedad en busca de su marido, un investigador perdido en una remota isla del Pacífico.

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Desde una vista en primera persona iremos descubriendo su historia, la de su marido y la de la propia isla. Una historia de investigación y misterio Lovecraftianos en estado puro. Pero ¡ojo!, no es horror, sino solo misterio con una capa de romance que nos ha hecho soltar alguna lagrimita en su final.

Pero sobretodo en Call of the Sea lo que encontrarás serán puzzles. Puzzles a montones. Puzzles como para una boda. Puzzles como para poner un chiringuito y venderlos al peso. Puzzles facilitos, de dificultad media y también condenadamente difíciles. Tanto como para rendirte y tener que darle una vueltecita con la almohada. O tanto como para tener que coger lápiz y papel para intentar ver las cosas de otro modo. Puzzles con mecánicas muy diferentes para que en ningún momento sientas que se está reciclando algo que ya has hecho. En cualquier caso, puzzles y más puzzles que están perfectamente hilados y cohesionados con la historia que nos va narrando Norah.

Y ese es otro punto fuerte; la narración, que es sencillamente exquisita. A pesar de que el juego es de manufactura española (¡qué orgullo, por cierto!), el juego solo tiene disponible el doblaje en inglés. Pero es que es IM-PE-CA-BLE y a pesar de que siempre se trata de Norah hablando consigo misma o leyendo en alto las notas que encuentra, no se hace nada pesada como pasa en otros juegos con un narrador siempre presente. De todas formas, a los que os asuste el tema del idioma, aunque el doblaje solo esté en inglés, dispone de menús y subtítulos en castellano.

En el apartado gráfico, el juego está diseñado con una estética comic que le sienta de maravilla. Por el presupuesto y la naturaleza del proyecto, no podemos olvidarnos de que es un juego “indie” y sin embargo nos deja algunas fotografías dignas de juegos con mucha mayor proyección. La iluminación y ambientación de algunos escenarios te dejan con la boca abierta en más de una ocasión.

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Por ponerle una pega al juego, solo podemos “quejarnos” de la extensión de algunos escenarios. Lo normal al adentrarnos en un nuevo terreno es darle una primera pasada buscando las notas y la información para ir desgranando la historia. Seguidamente daremos otra pasada para descubrir los mecanismos y las pistas para interactuar con el puzzle que haya en ese escenario, pero averiguar cómo funciona o qué hace el botón que acabas de pulsar requiere de un constante ejercicio de “prueba y error”, lo que ocasiona que tengas que recorrer el escenario muchas veces de un lado para otro hasta que descubres qué objeto tocar o en qué orden hacerlo.
Si bien es cierto que Norah, tiene un modo de “paso acelerado”, este no se diferencia demasiado de su paso normal (tampoco quedaría bien en el contexto de la historia que Norah se pusiera a correr como Usain Bolt), por lo que caminar por el escenario, aunque sea en modo “rápido”, se hace un poco tedioso en algunos espacios demasiado extensos o con mecanismos demasiado alejados entre sí. No obstante, que esto sea lo peor que podemos decir del juego, dice mucho de la calidad en todos los demás aspectos.

Por resumir, Call of the Sea es una joyita (¡o una joyaza!) que no puedes pasar por alto si eres amante de los rompecabezas, de las aventuras o simplemente de los juegos bien hechos.